Un estudio publicado recientemente por la revista Nature, revela que nuestros genes pueden alterar los niveles de actividad física que tengamos dentro de nuestro diario vivir.

Dicho análisis fue realizado por científicos británicos, pertenecientes a la universidad de Oxford, quienes descubrieron diferencias entre vidas sedentarias y activas, este procedimiento se realizó a través de una “máquina de aprendizaje automático”, la cual fue puesta a prueba en 200 voluntarios que llevaron durante dos días una cámara y una pulsera que monitorizó su actividad cada 20 segundos.

Fuente: El Tiempo